domingo, 13 de septiembre de 2009

La tumba vacía

Aquella noche decidí salir de casa, para dejar las flores en el cementerio, en investigar el significado de aquel sueño…


Salí de madrugada, a la medianoche, poniendo mi cansancio como excusa saltarme una de aquellas reuniones. Se lo creyeron, aunque yo en realidad nunca me los saltaría por el cansancio. Me entran ganas de sonreír al pensar en aquello…

Me llevé a tres de mis patronus, por si encontraba algún peligro en la noche, y me encaminé hacia allí.

La noche era agradable, sin luna pero limpia y pura, pero fría, ¡como una dama altanera!

Frío fue lo que sentí en cuanto que estuve a diez pasos del pequeño mausoleo.

Me acerqué lentamente hacia allí…pero no vi nada. Desconfiando, me aventuré a entrar.
  ¿Y a que no sabéis a quién me encontré? Nada más y nada menos que a la señorita Te-hago gritar cuando a mi me da la gana. Estaba allí, de pie junto a la tumba de mi prima, mirándome con cara enfurruñada . Y además por algún milagro divino o lo que fuera la rumba estaba fuera, y las flores despatarradas por ahí.
-¿Qué haces aquí?
-¡A mi me lo preguntas, condenada mosquita muerta?
-La tumba...¡el cuerpo1 ¿Que has hecho con el cuerpo?
 La vampiresa no me contesto. Se apostó en la pared y se miró las uñas como quien no quiere la cosa. Aunque sus ojos llameaban. y no de sed.
 -¿Sabes?, eso es lo que yo te iba a preguntas a tí.
 Estaba horrorizada. Aquella tumba estaba vacía,no había cuerpo alguno allí dentro. Estaba lleno de ladrillos.
 Ladrillos que Samanthe cogió, uno por uno, y me fue lanzando sin parar mientras gritaba.
-¡ASESINA! ¡FUISTE TÚ ASQUEROSA TRAIDORA!´
 Salí corriendo de allí, pero ella me persiguió. Tuve que usar la magia, porque ella era muchísimo más rápida que yo.
 Ella no paraba de gritar lo mismo, la muy condenada no paraba de gritar aquello,tan fuerte que seguramente se enteraría todo el país, o quizás Europa entera, de que me acusaba de algo que yo no había hecho.
  Tuve que usar la magia para escapar de ella. Por supuesto, tuve que recurrir al  fuego.
  No tardó mucho en gritar y escapar corriendo. Me entraron ganas de seguirla pero no valía la pena, ella era demasiado rápida. Así que regresé al mausoleo. Tenía que arreglar aquel desastre. Pero las cenuzas no volverían  a su sitio. ¡Al lado de las flores, para que la gente se coscara!
 Y Allí lo dejé, arreglándodose sólo, pero  escuché un gritó...
...un grito que  helaba el alma...
 salí corriendo a ver que pasaba...
                                ¿La ves allí?

                      ¿Lograrás encontrarla?
                        a saber lo que le habrán hecho,
                        busca busca
                          una respuesta que no te puedo dar
                  una respuesta que se muestra ante tí
                      ¿la oyes?
                      óyela porque está a punto
                           de pasar junto a tí...
 Se levantó de repente un aire frío tremendo, más frío que Brad...díos santo... otra vez escuchaba aquella voz e n mi cabeza...¿es que no iba a parar? ¿Me estaba volviendo loca?
  -¿Quién es?SXi estás ahí, ¡muéstrate!
 Sí, me estaba volviendo majara... aquella voz se parecía demasiado a la mía, seguramente me estaba volviendo esquizofrénica, neurótica o algo así....
                 No te lo diré
                        tú la llevas
         a ver si me encuentras...
 Entonces todo se volvió borroso. Cada vez más borroso. Lo último que alcancé a ver fue una especie de...luz traída por el viento y una figura que gritaba mi nombre...



 -Las gestiones de búsqueda comenzarán pronto, mañana si cabe. Y me temo que tendremos que esconder a Katherine en alguna parte, porque tengo la certeza de  que van a por ella.
-¿Estas seguro, papá?
-¡El ataque de hoy lo demuestra! Tenéis que iros, y cuánto antes. Mañana por la mañana os váis.
-Pero...
-No hay peros que valga. Mañana-el tono de voz del hombre no dejaba lugar a ninguna discusión.



Desperté en un lugar extraño. Recordaba lo que había pasado, pero no sentía dolor de cabeza ni nada por el estilo. Como si nada hubiese pasado.
-¡Katherine!
 Me gire. Menos mal, era mi hermana.
 Pero entonces tuve un pensamiento que me hizo estremecer de miedo...
 Pero Pamela leyó mis pensamientos.
-No estás muerta, sólo inconsciente.
-Menos mal...por cierto, ¿puedes decirme dónde estamos?